domingo, 20 de diciembre de 2009

17 dic Medellín


Desconcertantemente metropolitana, de paseo serpenteante y alocado, de edificios grises y suntuosos.
El centro de Medellín, seccionado por algunas vías principales, es una teleraña de callejones sin demasiada personalidad. El metro que comunica los polos de la ciudad, de paso elevado, reina desde la altura, sustentado por una monstruosa estructura de hormigón muy acorde al resto del paisaje. Los vendedores se suceden a lo largo de las vías peatonales; en los bajos de los edificios las fotocopiadoras escupen papel y las cafeteras chirrían con pasión. Los coches circulan en carrera y la gente camina sin pausa, esquivándose, atenta al festival urbano que le rodea. El tiempo alocado: lluvia, sol, lluvia, sol. La atmósfera es poco alentadora: vagabundos por doquier y desechos de la civilización acumulados en cualquier rincón.
Medellín es una urbe descarada, una capital funcional que rezuma compra y venta.

Consulto la guía de viaje y encuentro una alternativa. El Museo de Antioquia, en el ombligo de la locura, un remanso de paz. Fornido de arte contemporáneo, de acurada selección, es el tesoro de la ciudad. El edificio es sencillo y armonioso; dos patios interiores iluminan las salas y el color blanco cede protagonismo al amplio espacio que alberga la colección. Encontramos una vasta colección de Botero (pintura y escultura), así como viejos amigos tipo Tapias o Barceló. Sin embargo, me impresionan mucho las salas destinadas a artistas relacionados con la ciudad: Débora Arango, Ana Fonnegra de Igaza, Pedro Nel Gómez, Carlos Correa, Hernán Romero, León Posada, Luís Alberto Acuña, entre otros. Un legado de gran calidad que visibiliza la situación de conflicto permanente que caracteriza esta zona.

"La ciudad de la eterna primavera", como se conoce a Medellín, ha hecho furor en mi organismo, confundiéndome con una leve alergia, suerte que apareció Antiloquia a modo de antiestamínico. Una pequeña decepción aliviada por un bonito descubrimiento. Pero Volveré.

1 comentario:

  1. Òscar, Hola! quin contrast entre la ciutat gris del metro elevat que descrius de forma tan clara que sembla que la coneixem una mica i l'art del museu. Em sorprenen dos noms de artistes dones entre la llista dels artistes relacionats amb la ciutat.
    I allò de l'eterna primavera és per la temperatura, per la vegetació? Sembla que no lliga massa amb la ciutat gris de formigó que descrius..
    Un petó!
    Pares i germà

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